Ignorarte y otras cosas imposibles

Dejémoslo claro desde el principio: no estoy enamorada de Liam Taylor. Que sueñe con arrancarle la camisa cada vez que me lo cruzo en el pasillo del trabajo no significa absolutamente nada. Hormonas pre menopáusicas.
A mi madre se le va la olla. ¿Una extraña relación de codependencia? ¿Él es la razón por la cual aún sigo soltera?
Venga, por favor. ¿Cuántas veces tengo que decirlo? Entre Liam y yo no hay nada. Nunca lo hubo.
Salvo aquella única vez de la que nunca hablamos, claro.
Un momento. ¿No será que yo aún…? Nooo, eso es imposible.
IMPOSIBLE.
IM-PO-SI-BLE.
¿Queréis que os lo diga en alemán? Nicht erhältlich, joder. Nicht erhältlich.
Ay, Dios. ¡Creo que quiero hacer un collage con nuestras caras besándose!
Vale, sí, puede que Liam me guste un poco. Una pizca, nada más. Pero da igual, está tan totalmente fuera de mi alcance que en mis propósitos de este año incluiré ignorar mi atracción hacia él y concentrarme en encontrar al hombre de mis sueños.
Quiero a un Liam Taylor que no sea Liam Taylor.
Tampoco es tanto pedir, ¿no?